Y es que de verdad que no hay peor sitio para presentar algo como El secreto del cofre de Midas, máxime cuando de por sí, la cinta tampoco es que haya salido bien precisamente. Porque como exploit de cuentos infantiles que a su vez hacen las veces de exploit de la saga Potter, no acaba de encontrar su sitio: al igual que todas ellas (La brújula dorada y similares), aquí se nos traslada un par de siglos atrás para partir de un drama personal del que el protagonista joven deba reponerse, mediante una intriga de corte entre fantástico y aventurero-arqueológica. Ni la premisa es original, ni el drama es demasiado atroz, ni los personajes transmiten toda la pena que deberían... todo se queda a medias tintas, nada se diferencia un ápice de lo ya visto en el resto de cintas que se adhieren al género y que, de hecho, sí cuentan con la exaltación de alguno de esos puntos como mínimo (qué pena daba el de Las crónicas de Spiderwick). Y como aventura a medio caballo entre El secreto de la pirámide y Las aventuras del joven Indiana Jones Junior tres cuartos de lo mismo. Mariah Mundi y compañía rebuscan entre macguffins y argumentos de aquellos que aglutinan maldiciones ancestrales y tesoros desorbitados, pero nada es equiparable a arcas perdidas ni santos griales, puesto que el guion se descubre incapaz de generar una gran leyenda alrededor de dicha parafernalia.
Oh, y hay más decepciones. En esta serie de catastróficas desdichas sin carisma alguno, el espectador debe lidiar también con un montaje cuanto menos desafortunado, que convierte los primeros treinta minutos en un galimatías soporífero con una habilidad para engrescar cercana al cero absoluto. Le cuesta mucho entrar en calor (para que luego a la máxima temperatura que llegue sea más bien tibia...), y lo único que debería demandársele a la primera adaptación de las novelas de G.P. Taylor, es que fuera un entretenimiento completo, de principio a fin. Algo que sólo parece entender su reparto adulto, hiper sobreactuado y pasado de roscas según la batuta de un delirante Sheen. En fin, que se mire por donde se mire, El secreto del cofre de Midas ha salido mal, y este intento de lucrarse de manera tan evidente, puede salir más caro de lo deseado.
Ahora bien, de ahí al desastre absoluto hay un trecho. Y es que si bien todo lo dicho hasta ahora es difícilmente cuestionable, no menos cierto es que cuando por fin enlaza un par de pasajes atinados seguidos, la cinta de Jonathan Newman adopta cierto color que puede traducirse en 95 minutos de moderada evasión si no se piensa demasiado en ella. Eso, y que el despliegue de medios se traduce en un empaque audiovisual más que digno, que ya es mucho. Excusas que desde luego no salvan los muebles, pero sí alivian la herida hasta dejarlo todo en un espectáculo fallido, sí, y olvidable también, pero no flagrante. Podía haber sido peor: ¿hace falta que os recuerde que cómo se llama el protagonista masculino?
4/10
La he visto hoy en el AVE y casi me bajo en marcha a 300 Km/h
ResponderEliminarHombre yo tb la acabo de ver en el ave y tampoco esta tan mal xD. Hombre he visto cosas peores en el cine, la verdad. Ah y siempre tienes la opción de quitarte los cascos y mirar para otro lado ;)
ResponderEliminarA mi me ha encantado y creo q esto no le hace justicia por cierto alguien sabe si hay 2 parte me encantaria q la haviera por la intriga del final wuauu
ResponderEliminarPues la verdad es que creo que se descartó. No gustó a nadie, ni a público ni a crítica quiero decir, por lo que ni se llevó buenas críticas, ni hizo buena taquilla. Me temo que la continuación está más que descartada.
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Hay por favor quiero una segunda parte es fabulosa hay unas peliculas horribles que salen en cine ¿y esta porque no? Si esta hermosa.
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